top of page
Cuidándote

¿Cómo manejo mi estrés mientras cuido?

Las personas cuidadoras son un grupo vulnerable que está en riesgo de desgaste por no saber manejar de forma adecuada el estrés.

Te invitamos a que entres a CURSOS y ahí encontrarás una serie de 10 videos que seguro te serán de utilidad para prevenir y atender el desgaste.



Cuanto más grandes son las exigencias y la carga de los cuidados, más necesario resulta dibujar la línea que separa cuidar adecuadamente de un familiar de prestar los cuidados comprometiendo con ello nuestra salud y nuestro futuro.

En ocasiones, los cuidadores comienzan a establecer límites a los cuidados cuando la carga es elevada y ya han aparecido algunos de los problemas y consecuencias negativas del cuidado que hemos visto: estrés, problemas emocionales, problemas de salud, aislamiento, etc.

Por ello es recomendable fijar límites a los cuidados que vamos a proveer desde el primer momento, evaluando nuestra capacidad de esfuerzo y de soportar la carga que, prevemos, supondrán los cuidados.

Poner estos límites es una parte esencial del autocuidado. Gracias a ello, estaremos en mejores condiciones físicas, y emocionales para asumir las tareas y responsabilidades necesarias, de forma que todo el contexto de cuidados se ve beneficiado: nuestro familiar con dependencia, nosotros los cuidadores y nuestro núcleo familiar y social.

Muchos cuidadores se cargan excesivamente de forma voluntaria por amor al familiar, por celo en su labor, o por otros motivos. No hacemos un favor a nadie soportando una carga excesiva, sino todo lo contrario: nuestras probabilidades de enfermar y de prestar cuidados de peor calidad se ven reforzadas.

Al mismo tiempo que nos planteamos fijar límites a los cuidados, puede suceder que nuestro familiar nos realice demandas excesivas. Estas demandas son excesivas cuando:

  • El familiar con dependencia culpa al cuidador por errores involuntarios.

  • Finge encontrarse peor de lo que está.

  • No atiende a nuestras propuestas para poner límites.

  • Rechaza ayudas (ayudas técnicas, servicios) que faciliten los cuidados.

  • Se niega a aportar su dinero para aquellos gastos derivados de cuidarle.

  • En ocasiones, maltrata a su cuidador.

Consejos para poner límites a los cuidados:

  • Identificar aquellas tareas que puede hacer el familiar por sí mismo.

  • Fomentar su autonomía es hacer al familiar con dependencia partícipe y responsable de sus propios cuidados.

  • Valorar qué tareas no podemos llevar a cabo o no podemos llevar a cabo sin ayudas.

  • Para aquellas tareas que no podamos realizar, hay que sopesar: grado de importancia, qué alternativas existen a estas tareas y quién podría llevarlas a cabo. Las respuesta a estas preguntas debe reflejarse en el plan de cuidado.

  • Pedir ayuda y apoyos.

  • Mantener a largo plazo las decisiones adoptadas sobre los límites.

Cuando los cuidados se convierten en cotidianos, adquirimos costumbres, rutinas y habilidades que nos hacen más llevadera la carga que cuando al comienzo de nuestro rol como cuidadores. Llegado este momento, puede evaluarse de nuevo nuestra capacidad de asumir esfuerzos y responsabilidades y re-configurar los límites que hemos fijado anteriormente a los cuidados.


Artículo de:

Cruz Roja Española e IMSERSO

13 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo

Commentaires


bottom of page