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Cuidándote

Cómo retrasar el envejecimiento del cerebro

Esta afirmación, además de interesante, podría parecer imposible de cumplir, pero no es así.




Las teorías sobre el envejecimiento manejan distintas hipótesis sobre cuándo comenzamos a envejecer; algunas indican que desde el momento del envejecimiento, otras que a partir de los 25 años, otras que a partir de los 40 años.


La verdad es que al ser teorías, no existe la certeza, lo que sí es verdad es que algunos de nuestros órganos envejecen más rápido que otros, y esto depende del tipo de “mantenimiento” que les hayamos dado a lo largo de la vida y, además, si se encuentran en condiciones más o menos normales de funcionamiento.


La presbicia o vista cansada, se hace más notoria a partir de los 40 años, quienes hemos forzado más nuestra visión, quizás notemos el deterioro antes que las personas que no lo han hecho.


La lentificación de los movimientos es progresiva, casi imperceptible para uno, pero no tenemos ni los mismos reflejos ni la agilidad que teníamos unos cuantos años atrás.


Bueno, pues con el cerebro puede presentarse un fenómeno parecido a la habilidad motora.


El cerebro y sus capacidades pueden aumentar, conservarse o disminuir, según el entrenamiento que se le haya dado a lo largo de la vida; pero ¡nunca es tarde para hacerlo!


Antes de hacer ciertas recomendaciones para que ejercitemos nuestro cerebro quiero explicar que tenemos dos tipos de inteligencia, la fluida y la cristalizada.


La inteligencia fluida es la que usamos más durante nuestra niñez y juventud, es la capacidad de adaptarse y afrontar situaciones nuevas de forma flexible, sin que el aprendizaje previo constituya una fuente de ayuda determinante para su manifestación.


La inteligencia cristalizada es la que se va formando a través de la edad, en donde la experiencia adquirida ha influido en el desarrollo cognitivo alcanzado por la persona y determina las capacidades, estrategias y conocimientos. Esto nos hace mucho más precavidos y cautelosos, pero también influye en que seamos menos flexibles a la adaptación a circunstancias nuevas que deben ser resueltas.


Dentro de las actividades que se ha comprobado ayudan a que el cerebro conserve su funcionalidad a lo largo del tiempo es el haber aprendido otro idioma.


El fortalecimiento de las conexiones interneuronales o sinapsis está directamente relacionada con la exigencia intelectual a la que se haya visto sometido un individuo. A mayor cantidad de trabajo intelectual mayor cantidad de sinapsis.


Es importante hacer notar que con enfermedades como el Alzheimer, entre otro tipo de deterioros cognitivos de carácter orgánico, aunque las personas hayan tenido un alto grado de trabajo intelectual, estas enfermedades no perdonan; pero podemos tomar medidas para retrasar, en la medida de lo posible la aparición de síntomas relacionados.


MEDIDAS:


¡Cambia de mano!

Si eres diestro (derecho) comienza a realizar una serie de actividades con la mano izquierda, tales como bañarte, abrir las puertas, tratar de escribir, etc. De ser zurdo, haz el ejercicio con la mano derecha. Esto logra ejercitar el hemisferio de tu cerebro que normalmente no usas para ese tipo de actividades.


¡Practica artes marciales!

El ejercitarte en disciplinas como el taekwondo, tai-chi, karate, etc. logra que muevas, de forma independiente y al mismo tiempo, tus extremidades; lo que provoca que tus hemisferios funcionen de forma coordinada pero haciendo distintas actividades.


¡Sal de tu zona de confort!

Normalmente y desde que somos niños hacemos e insistimos en hacer aquello para lo que somos buenos. Si eres bueno en matemáticas, pues “te luces” practicando esta habilidad.

Pero te aseguro que hay otras muchas áreas en las que fallas; pues bueno son específicamente estas áreas en donde no lo haces muy bien en las que debes esforzarte.


Practica hacer SUDOKU, SOPA DE LETRAS, MEMORIA.

Mientras menos bueno seas en eso, más necesitas practicar.


¡Que la música cambie tu vida!

Aprender a tocar un instrumento, cualquiera, o aprender un nuevo idioma, no importa que no lo logres dominar, fortalece tu cerebro. Anímate, vale la pena.


¡No pierdas a tus amigos!

Las redes sociales de apoyo son las que nos sostienen en los momentos difíciles, quienes nos impulsan a hacer cosas nuevas y platicar, convivir, realizar actividades novedosas es mucho más agradable con amigos.


¡Pierde el miedo a la tecnología!

El uso de las computadoras e internet se han convertido en las mejores herramientas para ejercitar la mente. El simple hecho de aprender a usar internet, las redes sociales, poder comunicarte con otras personas, aprender idiomas, etc.


Si ya estás familiarizado con las computadoras te recomiendo las siguientes páginas para que empieces tu entrenamiento hoy.



Sé flexible, activa tu cerebro y tu cuerpo, estoy segura que no te arrepentirás.


Autora: Lucía Yolanda Burgos Uriarte



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