La comunicación dentro de familia se maneja en distintos niveles, que generalmente pasan desapercibidos, pero en tiempos de confinamiento, pueden tornarse complicados.
La comunicación al interior de la familia se da en diferentes niveles y entre diferentes miembros de la misma.
Cuando hablamos de la comunicación entre miembros, nos referimos a la formación de sub-grupos, como:
El de los padres, que como pareja tienen un vínculo directo entre ellos y que no está incluida la crianza de los hijos ni el manejo del hogar. La buena comunicación entre la pareja es fundamental para el funcionamiento familiar, ya que son ellos quienes la iniciaron. Si la pareja no establece espacios y tiempos para poder entablar este diálogo, su repercusión se sentirá en los demás miembros. No hay justificación para que la pareja no exija este tiempo como indispensable.
En un segundo término, dentro del diálogo entre la pareja, se deben incluir los temas de crianza y mantenimiento del hogar, pero no como único tema o punto en común. En estos tópicos también se deben de incluir la función de autoridad que desean ejercer dentro de su familia y los acuerdos para lograr los objetivos comunes.
El de los hijos, en el cual es un trato entre iguales, con sus problemas y arreglos, en donde los padres deben tener una mínima injerencia, ya que es en este sub-grupo en donde se aprende a resolver conflictos con los pares, a establecer alianzas, negociar y resolver problemas.
Cuando, en la familia nuclear, cohabitan miembros de la familia extensa, también se formarán sub-grupos específicos que deben manejarse de acuerdo al rol que tienen al interior. Según la familia, su cultura y educación, se establecen reglas de convivencia de acuerdo con los valores que se manejen al interior de dicha familia. Estos límites se ven cuestionados según sea el ciclo vital de la familia, es decir, en cada crisis natural (nacimiento de los hijos, primera infancia, adolescencia, juventud, la partida de los hijos, la jubilación) por lo que se deben replantear y ajustar.
Cuando sucede una crisis, no prevista, como es la enfermedad o que alguno de sus miembros se incapacite, la llegada de un miembro nuevo no perteneciente a la familia nuclear, la muerte prematura de alguno de los integrantes, por ejemplo, habrá que hacer adaptaciones mucho más profundas en la comunicación, en el establecimiento de reglas y hasta el replanteamiento de los valores.
La cuarentena por COVID 19 es una de estas crisis que en verdad puede generar problemas dentro de las familias y derivar en violencia.
Este tipo de crisis tiene repercusiones dentro de la familia, en cuanto a la comunicación:
1. Deterioro de las relaciones sociales interpersonales, al interior y exterior de la familia.
2. Con frecuencia se incrementan las discusiones conyugales, es en los momentos de crisis en dónde los criterios que cada uno de los cónyuges entran en conflicto sobre la resolución del problema que se presenta.
3. Falta de comunicación y entendimiento en la pareja.
4. Problemas de comunicación entre los miembros de la familia nuclear y con la familia extensa, por diferencias en criterios y resolución de problemas.
Cuando estos conflictos comienzan, lo mejor es:
1. Ser objetivo y realista en cuanto a la aceptación de que existe una crisis.
2. Buscar información sobre la crisis que se vive, por ejemplo si es una enfermedad, hablar con los médicos tratantes para que contesten todas las dudas de los miembros, con ello se disminuye la ansiedad y la comunicación podrá fluir de manera más natural.
2. Si la familia no puede ajustarse a la nueva situación de forma natural en un periodo de tiempo razonable, es mejor buscar ayuda a tiempo a pensar que el problema se resolverá solo.
3. NUNCA PERMITIR LAS FALTAS DE RESPETO, ya que estas al final, derivan en violencia.
En estos momentos TODOS estamos más vulnerables, más sensibles y emocionales, por lo que cualquier cosa puede terminar en un desencuentro. Si esto te está sucediendo, toma medidas como, si te sientes molesto, mejor aíslate hasta que recobres la tranquilidad, no hagamos una "tormenta en un vaso de agua", seamos comprensivos y tolerantes ante los cambios de humor. Siempre es mejor descargar la energía en actividades productivas como limpiar, cocinar, ordenar, si es posible, hacer algún ejercicio.
Si vives algún episodio violento, pide ayuda:
911
Red Nacional de Refugios: 55 56 74 96 95 y al 800 822 44 60
Consejo Ciudadano: 22 23 09 90 99
Línea Mujeres: 55 56 58 11 11 con la opción 1
Mujeres SOS: 55 55 12 27 72 ext. 402
Poderío: 016. Si tienes alguna condición auditiva o del habla 900 116 016
Si conoces a alguna persona en situación de trata o explotación sexual: 900 105 090
Apoyo emocional a mujeres en crisis: WhatsApp 55 65 76 78 15
Apis Fundación para la Equidad: 55 55 39 39 17 o al 55 57 04 50 48
Fundación Diarq: 55 26 03 96
Centro de Justicia Azcapotzalco: 55 53 46 83 70 o al 55 53 46 83 94
Centro de Justicia Iztapalapa: 55 53 45 57 37 o al 55 5345 57 36
Centro de Justicia Tlalpan: 55 52 00 92 80 o al 55 52 00 92 88
Procuratel 800 912 13 14
Contingencia sin Violencia: 800 108 40 53
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