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Comunicación Asertiva entre la persona Cuidadora, su familia y su familiar dependiente.

Nada hay más difícil que expresar nuestras necesidades, que éstas sean entendidas y, de alguna manera, resueltas; mucho menos cuando hay una familiar dependiente en la ecuación.


La asertividad es una conducta de las personas, un comportamiento, una forma de expresión consciente, congruente, clara, directa y equilibrada cuya finalidad es comunicar nuestras ideas y sentimientos o defender nuestros derechos sin la intención de herir o perjudicar, Actuando desde un estado interno de autoconfianza, en lugar de la emocionalidad limitante típica que produce la ansiedad, la culpa o la rabia.

Dentro lo que son las estrategias y los estilos de comunicación la asertividad se sitúa en un punto entre la agresividad y la pasividad.

La comunicación asertiva implica responder sin agresividad, respetando a la otra persona, al mismo tiempo que te niegas a hacer algo que no desees hacer o qué consideras injusto. También implica el que no levantas la voz, no muestras ira y tratas de resolver el conflicto teniendo en cuenta los deseos de ambas partes, buscando compromisos y soluciones, en vez de pretender simplemente salirte con la tuya.

Te sugerimos las siguientes técnicas para hacer de tu comunicación una comunicación asertiva en la familia:

Expresa tus opiniones en primera persona, más que rechazando o devaluando la opinión de la otra persona. Por ejemplo en vez de decir "estas equivocado" puedes decir "no estoy de acuerdo en esto". Esto te ayudará a no caer en pleitos, los cuales no te van a llevar a resolver los problemas recuerda que cuando tú "acusas a alguien" ese otro, siempre buscará la manera de defenderse y no dejarse vencer. Cuando discutes es para llegar a solucionar un problema o construir acuerdos, pero cuando peleas solamente se imponen actitudes de poder.

Practica por lo menos una vez al día el poder decir NO: no trates de justificarte utilizando excusas para no hacer las cosas, simplemente dile a la otra persona NO cuando no estés dispuesto a hacer las cosas o no aceptes alguna imposición. Creemos, por el tipo de educación recibida, que cada que nosotros le decimos a alguien NO, nos rechazará, nos hará un lado o nos dejarás de querer. Práctica con frases como "no tengo ganas de hacerlo", "eso no va conmigo" "no quiero ir" y observa cual es el resultado.

Obsérvate más frecuentemente en un espejo y responde ¿qué dice tu cuerpo? Cuando tú dices si ¿tu cuerpo responde de la misma forma complaciente cercano o es rechazante? Cuando tú dices no ¿tu cuerpo duda, se retrae, muestras una actitud débil y poco convincente?. Cuando hay estos desfases entre la palabra y lo que dice tu cuerpo seguramente te estarás topando con personas que no te toman en serio o no saben en qué momento estás diciendo un SI o un NO rotundo. Si aprendes a observarte seguramente llegaras a cuidar tu lenguaje corporal.

Si sientes que tus emociones te traicionan cuando quieras dialogar con alguien, haz una pausa, cálmate primero antes de hablar y piensa lo que vas a decir y cómo puedes decirlo de un modo que sea más adecuado. Quizá una estrategia que te puede ayudar en el manejo de las emociones es aprender a dejar las emociones un paso atrás de quién va a hablar, como si pudieran diferenciarse dos personas, una que queda un paso atrás haciéndose cargando de las emociones y la que dio el paso hacia delante con la cabeza fría para poder dialogar.

Durante los períodos de cuidado, la comunicación asertiva se vuelve un elemento fundamental para poder brindar una atención de calidad a la persona que tiene el padecimiento y por el otro lado un medio de auto-protección para el cuidador primario y para la familia que está enfrentando altos niveles de estrés. A mayor asertividad en la comunicación intrafamiliar, menor nivel de violencia intrafamiliar.

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