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La persona cuidadora necesita de apoyos.

La creación de nuevas redes sociales de apoyo, se vuelve indispensable en la labor del cuidado; pero muchas veces, el mismo cuidador se niega a pedir ayuda. Aquí un artículo interesantes de SerCuidador.




Otro de los problemas que comúnmente afectan a los cuidadores es la falta de contactos sociales y el aislamiento.


Los motivos para ello pueden parecer obvios: el tiempo que nos exigen los cuidados nos resta tiempo para pasar con familiares y amigos y salir de casa; el cansancio que nos producen los cuidados nos lleva a permanecer en casa en nuestros ratos libres; las preocupaciones pueden quitarnos las ganas de salir de casa y relacionarnos, etc.


Sin embargo es frecuente que existan además otras razones por las que los cuidadores se aíslan que tienen que ver con los pensamientos erróneos:

  • Sentimos culpabilidad por disfrutar de las relaciones sociales

  • Sentimos culpabilidad por no estar cuidando de nuestro familiar si estamos relacionándonos con amistades.

  • No queremos ser una preocupación ni una molestia para nuestros amigos y familiares contándoles nuestros problemas.

El aislamiento, ya sea provocado por una manifiesta carencia de tiempo o por una decisión consciente derivada de pensamientos inadecuados, nos priva de una de las necesidades esenciales de toda persona: la compañía de los demás y el disfrute de las amistades.


Del mismo modo, es en nuestra condición de cuidadores cuanto más necesitamos del apoyo de los demás y de la gratificación de la compañía y afectos sociales.


Las relaciones sociales son esenciales para mantener un grado suficiente de bienestar, para lograr un buen estado de salud, para disfrutar y aprovechar el tiempo libre, para desarrollarnos como personas y para dar y recibir afectos.


Podemos identificar que nos relacionamos menos de lo que lo deseamos o, por debajo de nuestro grado de necesidad si experimentamos estos pensamientos:

  • Tengo ganas de pasar tiempo con amigos y familiares pero no me apetece salir de casa para ello.

  • Hace más tiempo que no veo a mis familiares y amigos del que era habitual.

  • Salir y disfrutar de las relaciones sociales me genera sentimientos de culpabilidad.

  • No quiero ver a la gente porque ellos no tienen por qué escuchar mis problemas.

Considerando las dificultades que encuentran los cuidadores para relacionarse socialmente en la medida en que lo hacían antes de adoptar este rol, el descenso en la frecuencia de actividades sociales no es un hecho por el que el cuidador deba sentir culpabilidad.


Al contrario, debe ser consciente de lo necesarias que son éstas y que el aislamiento es un generador de problemas y dificultades que poco ayudan a que seamos mejores cuidadores.


Es el propio cuidador quien debe tomar conciencia de lo necesarias que son las relaciones sociales. Si no puede relacionarse todo lo que le gustaría o, si se relaciona menos que antes de convertirse en cuidador, piense y recuerde en lo gratificante que le suponían las relaciones sociales cuando las disfrutaba plenamente.


Ante una manifiesta falta de tiempo para relacionarnos en la forma en que lo hacíamos antes de convertirnos en cuidadores, pero comprendiendo la necesidad de relacionarnos socialmente, es aconsejable optimizar el tiempo que dedicamos a las relaciones sociales.


Una buena forma de optimizar las relaciones es centrarnos especialmente en aquellas que nos resultan más satisfactorias.

Las relaciones sociales satisfactorias se caracterizan por:

  • Nos proporcionan diversión y entretenimiento.

  • Son las que implican a personas que nos comprenden y que empatizan con nosotros y nuestra situación.

  • Suponen un canal de apoyo y desahogo emocional.

  • Significan un alivio a la carga de los cuidados.

  • Favorecen nuestro bienestar emocional.

  • Nos permiten dar y recibir afectos.

Cuando el déficit en nuestras relaciones es provocado por pensamientos erróneos como los que hemos enumerado o, simplemente, no nos relacionamos porque nuestro estado de ánimo es bajo y ello nos supone un esfuerzo, debemos recordar:

  • La salud social es una parte esencial de nuestro estado de salud. No podemos tener un estado de salud bueno si descuidamos la parte social.

  • Cuidarnos a nosotros mismos significa cuidar mejor de nuestro familiar.

  • Relacionarnos socialmente de forma satisfactoria es uno de los mejores apoyos para nuestro propio cuidado.

Igualmente, recordar que a la hora de establecer y elaborar el Plan de Cuidados, es conveniente optimizar la frecuencia y los tiempos de las tareas de cuidado para que, el mismo plan, refleje los momentos en los que podremos hacer uso del tiempo libre que podamos dedicar a estar con compañía.

Cambios en el trabajo y en la situación económica


Cuidar a un familiar exige una enorme inversión de tiempo y esfuerzo. Por este motivo, muchos cuidadores se ven obligados a reducir su jornada laboral o abandonar el puesto de trabajo para dedicar ese tiempo y esfuerzo a prestar los cuidados que el familiar necesita.


Los cambios que propician la reducción de la jornada laboral o el abandono del puesto de trabajo implican:

  • Romper con la rutina habitual y dejar de hacer algo que llevamos haciendo mucho tiempo.

  • Si nuestro trabajo nos gusta, implica la reducción o desaparición de un elemento fundamental para nuestro desarrollo personal.

  • Re-elaborar nuestro proyecto de vida de acuerdo a la nueva situación.

  • Un descenso importante en las relaciones sociales y en las oportunidades para practicarlas.

  • Un menor volumen de ingresos económicos.

Es posible que ante el planteamiento de abandonar o reducir la jornada laboral aparezcan los siguientes pensamientos:

  • No deseo dejar de trabajar, pero ello me genera sentimientos de culpa por no dedicar el tiempo necesario a mi familiar.

  • Si abandono o reduzco el tiempo de trabajo me sentiré incompleto e insatisfecho.

  • Compaginar los cuidados con mi jornada laboral me supone una carga excesiva.

  • Si ingreso menos dinero, pasaremos más necesidades yo y mi familia.

Estos pensamientos deben ser valorados en su justa medida. No existe una solución mágica para resolver las dudas que nos genera una decisión tan importante como la relativa a qué hacer con nuestro trabajo.


Cada contexto de cuidados es distinto y, lo que en unos casos es necesario o conveniente, no lo es en otros.


Por ello, una decisión tan importante como dejar nuestro trabajo o reducir considerablemente la jornada laboral no debe tomarse a la ligera. El trabajo es un aspecto muy importante de nuestras vidas, por lo que es recomendable tomar una decisión una vez analizado:

  • El grado de apoyos real que necesita nuestro familiar.

  • Las tareas que nuestro familiar puede realizar por sí solo.

  • Los apoyos para prestar los cuidados de los que disponemos: familiares y amigos.

  • Los servicios profesionales de apoyo de los que podemos disponer nosotros y nuestro familiar.

  • Las implicaciones reales de la reducción del volumen de ingresos.

Una vez analizados estos aspectos, recomendamos seguir los siguientes consejos para la toma de una decisión:

  • Analizar con detenimiento al plan de cuidados. Ver de qué forma podemos organizarlo con el trabajo y, tras ello, decidir si abandonar el trabajo, reducir la duración de la jornada o continuar en él. Podremos jugar con la organización de las tareas para poder permanecer más tiempo fuera de casa.

  • Hablar con nuestros superiores y compañeros del trabajo. Explicarles nuestra nueva situación. Seguramente, podrán aportar soluciones satisfactorias para todos.

  • Considerar todos los recursos de apoyo económico a cuidadores a la hora de calcular el impacto de la reducción de ingresos.

  • reelaborar plan de gastos del núcleo familiar.

Artículo de:

Cruz Roja Española e IMSERSO


En este video del INGER encontrarás una explicación clara y sencilla de lo que son las redes sociales de apoyo y la forma en la que son útiles a las personas cuidadoras.


En el artículo de la Soledad del Cuidador, te invitamos ha hacer una lista de personas importantes en tu vida. Ahora es el momento de sacarla, para que la utilices según las indicaciones de este video.


En este segundo video, aprenderás cómo comenzar a contactar con estas personas importantes para ti y que podrán formar parte de tu apoyo social.




Contacta a las personas que has elegido, no te aísles.


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