top of page
Cuidándote

2. Curso: Manejo del Tiempo

Este es el segundo artículo de 10 que contiene el Curso. Te recordamos que todos los artículos publicados en este sitio, tienen derechos de autor, por lo que no se permite su reproducción total o parcial. También que al final del artículo encontrarás una Tarea para que lleves a cabo.




Concepciones del tiempo

Es importante que podamos conocer las distintas concepciones que el tiempo ha tenido durante la historia, con el propósito de entender lo que el tiempo puede significar para unos y para otros de acuerdo al tiempo histórico que se está viviendo.


En el tiempo de la antigua Roma, el tiempo se dividía entre “ocio” y “negocio”. A partir de esta concepción se ha generado la falsa idea de que el tiempo de trabajo es una “maldición” y que el verdadero tiempo de calidad debe ser para el ocio.


Como el tiempo tiene tres dimensiones: el pasado, el presente y el futuro, y el tiempo presente es fugaz, parece que las otras dimensiones pierden importancia. Esto está muy alejado de la realidad. El pasado es el que genera los recuerdos, los aprendizajes, el que provoca la trascendencia de la persona en su relación con los otros. El futuro es lo que nos mantiene con esperanza e ilusión, es el motor de la vida.


El trabajo, cualquiera que este sea, es tan valioso como el ocio, es una dualidad indivisible, si no se aprecia el tiempo realizado en la labor, difícilmente se aprecia el tiempo de ocio. Si comprendemos y valoramos ambos conceptos, podremos disfrutar de nuestro tiempo.


En la Edad Media el tiempo era concebido como una línea recta, no existían ciclos, esto les daba a las personas creyentes una esperanza de poder alcanzar el fin para el que habían sido creados. Hoy sabemos que el tiempo vivido es lo que construye nuestro presente y puede guiar nuestro futuro, que la vida se comporta en ciclos, que se repiten; basta conocer los ciclos agrícolas, climáticos y hasta históricos.


Con la aparición del reloj mecánico en el siglo XIV, la época moderna, el tiempo ya no es considerado como subjetivo, se democratiza y todas las personas se ven envueltas en un valor matemático, fijo y absoluto al que debemos ceñirnos. Empezamos a vivir “contra reloj”.

Kant, como lo vimos en el artículo pasado, consideraba que la percepción del tiempo y el espacio era algo individual, propia y subjetiva; a pesar de la medición exacta del tiempo por los relojes.


Recordemos que en el positivismo sólo se cree valido lo que puede ser medible, pero conforme avanzamos en la época contemporánea, la ideología actual indica que todo es relativo. Einstein nos dice que el tiempo ya no es una magnitud absoluta, sino relativa, que varía en función de quién y bajo qué circunstancias se mida.


En este brevísimo repaso de las distintas concepciones del tiempo, podemos darnos cuenta de lo difícil que es hablar del tema a nivel colectivo. Si lo trasladamos a lo individual y familiar, parecería mucho más difícil, ya que en lo práctico el tiempo toma dimensiones distintas a las concepciones teóricas.


La realidad es que el tiempo en el cuidado de otra persona tiene dimensiones distintas según quien lo está viviendo.

No es lo mismo cuidar a un hijo/a que a un padre, madre o hermana; tampoco es igual cuidar una enfermedad crónica degenerativa, que súbita y grave; si está en juego la vida o no.


Las circunstancias que rodean al cuidado tienen elementos que pueden aumentar el riesgo que se corre de desgaste emocional y físico; estos factores deben ser tomados en cuenta para poder ser atendidos antes de que se puedan presentar rasgos de agotamiento.


El tiempo para la persona cuidadora es un ingrediente fundamental, parece que quienes cuidan viven contra reloj, en lo práctico y en lo emocional. El tiempo toma dimensiones inexplicables. Cuando se está viviendo una situación de angustia, el tiempo se vuelve eterno, parece que no termina; cuando hay momentos de calma, estos pasan tan rápidamente que apenas se tiene tiempo de disfrutarlo. El futuro toma un papel preponderante en los pensamientos de quien cuida, sin darnos cuenta que nada en ese futuro está en nuestras manos controlar, todo es incertidumbre.


La falta de control es uno de los mayores generadores de estrés en la vida de las personas, pero en cuestiones de tiempo nada puede ser controlado.


Si podemos identificar cómo el tiempo, o la falta de él, nos afecta y distinguir el tipo de riesgo en el que nos encontramos de acuerdo al tipo de cuidado que realizamos, podremos prevenir ciertas situaciones y así auto-protegernos.


TAREA:

Para poder identificar cómo manejas tu tiempo, puedes comenzar a anotar el tiempo que dedicaste el día de hoy a:

1. Labores de la casa que no te dan satisfacción.

2. Labores de la casa que si te dan satisfacción.

3. Labores de tu trabajo que no te gustan.

4. Labores de tu trabajo que si te gustan.

5. Labores de ocio.

6. Tiempo de descanso.


Anótalas y verás cómo podrás ir acomodando de una manera más adecuada tu tiempo.


¡Nos leemos mañana!

Yolanda Burgos


Referencias Bibliográficas

Carrillo P., Rodrigo, Tesis Doctoral, 2015, "La percepción desde la fenomenología", -Departamento de Historia de la Filosofía, Estética y Filosofía de la Cultura, Universitat de Barcelona, recuperada de: http://diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/66229/1/RCP_TESIS.pdf

4 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo

Comments


bottom of page