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Demencias ¿Todo es Alzheimer?

Podemos decir que Demencia es el nombre, pero existen diferentes variedades de apellidos y, por lo tanto, de evolución. Es importante conocerlos.




No hay peor sensación que no saber qué te pasa o qué le sucede a un ser querido; por eso el tener un diagnóstico oportuno y certero se vuelve indispensable para cualquier enfermedad.


Pero en "la prisa" por darle nombre a nuestro padecimiento, caemos en la falta de escrupulosidad necesaria para atenderla.


Durante el proceso de envejecimiento, es verdad que ocurren muchos cambios a nivel orgánico que podrían determinarse con cierto grado de normalidad, como el volvernos más lentos, la no regulación óptima de nuestra temperatura, los sentidos muestran un pequeño declive, la atención y la memoria pueden verse comprometidas, pero en un grado adecuado según la edad.


Pero, cuando los olvidos son significativos, que llaman la atención y llegan a preocuparnos, ese es el momento de acudir a un médico especialista de forma inmediata, ya sea para que se haga un diagnóstico diferencial, esto es si no existen enfermedades ajenas a las neurológicas que puedan estar afectando nuestras capacidades o, en su defecto, que pueda darle nombre y apellido al problema que estamos viviendo.


No es normal olvidar los rostros de nuestros seres queridos, no es normal que nos desorientemos dentro de nuestra casa o en las calles por las que habitualmente caminamos, tampoco lo es, no poderle dar el nombre a las cosas conocidas. Todo esto es motivo de consulta.


Los médicos adecuados para atendernos estos "olvidos" son los siguientes:

Médico geriatra

Es recomendable acudir a un médico geriatra, no solamente cuando ya seamos mayores, al ser ellos médicos internistas, son los adecuados para atendernos desde que somos adulto, yo sugiero que a partir de los 40 años, es un buen momento para visitarlos, como internistas y cuando ya se hayan cumplido los 60, entonces podremos hablar de geriatras.

Así como los niños van al Pediatra, los adultos debemos de ir con el médico internista o con el Geriatra, quien es la persona que nos consulta de forma integra. No le tengamos miedo al nombre, desmitifiquemos el envejecimiento y seamos prácticos y asertivos.


Neurólogo

El neurólogo es el especialista en patologías cerebrales y de la médula espinal, será quien, con más precisión pueda darle el nombre y apellido a estos fallos que están sucediendo. Es el médico más apropiado para atender este tipo de problemas.


Cuando vayamos con cualquiera de estos dos médicos, hay que preguntar TODO, qué es la enfermedad, cuál es el curso que tiene, cuáles son las perspectivas que se tienen en su evolución, si tienen algún componente genético, qué medidas para preservar las capacidades es conveniente tomar, en dónde me pueden ayudar para que el deterioro sea más lento, con qué recursos cuenta el estado para ayudarme, qué tipo de alimentación es buena para mi, qué tipo de ejercicio me conviene realizar, qué se puede esperar de esta enfermedad específicamente, y todo lo que se te pueda ocurrir.


Es normal que en el momento de un diagnóstico no se tenga claro qué se quiere preguntar, se sienten abrumados, pero con el paso de los días aparecen las dudas, en la práctica es cuando nos damos cuenta de que no hay suficiente claridad, por eso, todas esas preguntas tuyas y de quienes te rodean, anótalas, TODAS, y haz una cita con el médico para que te las respondan.


En otro artículo te explicaremos cuáles son los derechos del enfermo para que puedas sentirte más seguro y confiado.


Por lo pronto, no te confíes en lo que dicen a tu alrededor sobre la edad y los fallos de memoria; tener un diagnóstico oportuno y veraz puede hacer la diferencia en tu vida y la de tus familiares.


Autora: Lucía Yolanda Burgos Uriarte

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