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Estar bien, para cuidar mejor a quienes amamos

¿Cómo dar lo que no tengo?, eso es lo que sucede cuando nos ponemos al final de todos y nos descuidamos.



La entrega que muchos cuidadores realizan a los cuidados de su familiar con dependencia les lleva en ocasiones a asumir situaciones y riesgos excesivos que poco juegan en favor de su bienestar y del éxito en los cuidados. Estas situaciones y riesgos suelen concretarse en:

  • Asumir una carga de tareas y responsabilidades excesiva, por encima de sus capacidades.

  • No aprovechar toda la ayuda disponible.

  • Realizar acciones y tomar decisiones que juegan en contra de su estado de salud y bienestar.

  • No realizar acciones en favor de su estado de salud y bienestar, especialmente las referidas a la prevención de enfermedades.

  • Descuidar las acciones y las estrategias a adoptar a medio y largo plazo.

  • Restar tiempo de descanso por atender las necesidades de nuestro familiar.

  • Descuidar la alimentación.

  • No practicar ejercicio.

  • Descuidar y restar importancia a los problemas de salud que podamos tener.

Los cuidados que nos proveemos a nosotros mismos son tan importantes como los cuidados que nuestro familiar necesita. Cuidar de nosotros mismos es la mejor manera de estar preparado y obtener y mejorar nuestras capacidades para cuidar apropiadamente de las necesidades de nuestro familiar.


Al cuidar de nosotros mismos es a lo que llamamos el AUTO-CUIDADO


A la hora de comprender y tomar una actitud activa ante el auto-cuidado, debemos tener en cuenta:

  • Cuidar de nosotros mismos es cuidar mejor de nuestro familiar.

  • El mayor valor y apoyo que tiene nuestro familiar con dependencia son sus cuidadores.

  • Nadie mejor que nosotros sabe cómo nos sentimos y qué es lo que nos sucede. Por ello, somos el agente principal de nuestro cuidado.

  • Pero no podemos hacerlo solos. Cuidarnos a nosotros mismos implica aceptar toda la ayuda que tengamos disponible.

  • Delegar tareas y responsabilidades en los cuidados a nuestro familiar nos ayuda y asimismo, permite que otros familiares y amigos se sientan protagonistas del cuidado de un ser querido.

  • Si cuidamos a nuestro familiar porque le queremos, cuidémonos a nosotros mismos, ya que también nos queremos.

  • Tenemos nuestras limitaciones. Conocerlas y asumirlas nos librará de malos momentos y frustraciones.

  • A veces hay que poner límites a los cuidados que prestamos.

  • La prevención de enfermedades y la promoción de nuestra salud son armas muy importantes que tenemos en nuestra mano.

El Autocuidado nos permitirá:

  • Encontrarnos en mejor disposición física y mental para realizar las tareas del cuidado.

  • Tener fortaleza y capacidad para afrontar los muchos problemas supone cuidar a un familiar.

  • Realizar los esfuerzos físicos y emocionales que precisan algunas tareas.

  • Tener sensación de control de nuestra vida y realidad cotidiana.

  • Tener elevadas dotes resolutivos.

  • Mantener un estado de serenidad y bienestar en todo momento.

Sin embargo, es posible que encontremos muchas barreras para cuidar de nosotros mismos. Uno de los principales obstáculos serán las creencias o pensamientos erróneos.

Estos son algunos de los pensamientos equivocados que podrán aparecer durante los cuidados con respecto a cuidar de nosotros mismos:

  • Es egoísta cuidar de mí mismo y atender mis necesidades.

  • No me hace falta pedir ayuda para cuidar. Yo puedo con todo.

  • Yo soy el único responsable del bienestar de mi familiar con dependencia.

  • Si yo no hago las tareas que hay que hacer, nadie las hará.

  • Nadie cuida tan bien de mi familiar como yo mismo.

Estos pensamientos son erróneos e inadecuados por los siguientes motivos:

  • No es egoísta cuidar de uno mismo. Cuidarse significa también cuidar mejor a nuestro familiar y no comprometer nuestro futuro a las consecuencias problemáticas que implican las tareas propias de los cuidadores.

  • El cuidador principal no tiene por qué enfrentar solo a todos los problemas que aparecerán como consecuencia de los cuidados al familiar. Nadie es un superhombre o super-mujer y toda la ayuda que podamos aprovechar sólo conllevará beneficios para todos los implicados en un contexto de cuidados.

  • Una carga excesiva de responsabilidades no es saludable ni asumible a largo plazo. Distribuir las responsabilidades sobre todos los aspectos que implica cuidar a un familiar es necesario y positivo.

  • A buen seguro el bienestar de su familiar en situación de dependencia le importan a mucha gente. Seguramente, estas personas estén felices de ayudarle en los cuidados y sentirse también protagonistas del bienestar de su familiar.

Evaluar nuestros pensamientos y creencias y confrontarlos con la realidad puede ser una buena herramienta para comprobar si estamos en la mejor situación para abordar el cuidar de nuestro familiar y de nosotros mismos.


Te dejamos un audio del Dr. Jorge Bucay, que vale mucho la pena para comprender nuestro tema.




Lucía Yolanda Burgos Uriarte




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