¿Cómo dar lo que no tengo?, eso es lo que sucede cuando nos ponemos al final de todos y nos descuidamos.
La entrega que muchos cuidadores realizan a los cuidados de su familiar con dependencia les lleva en ocasiones a asumir situaciones y riesgos excesivos que poco juegan en favor de su bienestar y del éxito en los cuidados. Estas situaciones y riesgos suelen concretarse en:
Asumir una carga de tareas y responsabilidades excesiva, por encima de sus capacidades.
No aprovechar toda la ayuda disponible.
Realizar acciones y tomar decisiones que juegan en contra de su estado de salud y bienestar.
No realizar acciones en favor de su estado de salud y bienestar, especialmente las referidas a la prevención de enfermedades.
Descuidar las acciones y las estrategias a adoptar a medio y largo plazo.
Restar tiempo de descanso por atender las necesidades de nuestro familiar.
Descuidar la alimentación.
No practicar ejercicio.
Descuidar y restar importancia a los problemas de salud que podamos tener.
Los cuidados que nos proveemos a nosotros mismos son tan importantes como los cuidados que nuestro familiar necesita. Cuidar de nosotros mismos es la mejor manera de estar preparado y obtener y mejorar nuestras capacidades para cuidar apropiadamente de las necesidades de nuestro familiar.
Al cuidar de nosotros mismos es a lo que llamamos el AUTO-CUIDADO
A la hora de comprender y tomar una actitud activa ante el auto-cuidado, debemos tener en cuenta:
Cuidar de nosotros mismos es cuidar mejor de nuestro familiar.
El mayor valor y apoyo que tiene nuestro familiar con dependencia son sus cuidadores.
Nadie mejor que nosotros sabe cómo nos sentimos y qué es lo que nos sucede. Por ello, somos el agente principal de nuestro cuidado.
Pero no podemos hacerlo solos. Cuidarnos a nosotros mismos implica aceptar toda la ayuda que tengamos disponible.
Delegar tareas y responsabilidades en los cuidados a nuestro familiar nos ayuda y asimismo, permite que otros familiares y amigos se sientan protagonistas del cuidado de un ser querido.
Si cuidamos a nuestro familiar porque le queremos, cuidémonos a nosotros mismos, ya que también nos queremos.
Tenemos nuestras limitaciones. Conocerlas y asumirlas nos librará de malos momentos y frustraciones.
A veces hay que poner límites a los cuidados que prestamos.
La prevención de enfermedades y la promoción de nuestra salud son armas muy importantes que tenemos en nuestra mano.
El Autocuidado nos permitirá:
Encontrarnos en mejor disposición física y mental para realizar las tareas del cuidado.
Tener fortaleza y capacidad para afrontar los muchos problemas supone cuidar a un familiar.
Realizar los esfuerzos físicos y emocionales que precisan algunas tareas.
Tener sensación de control de nuestra vida y realidad cotidiana.
Tener elevadas dotes resolutivos.
Mantener un estado de serenidad y bienestar en todo momento.
Sin embargo, es posible que encontremos muchas barreras para cuidar de nosotros mismos. Uno de los principales obstáculos serán las creencias o pensamientos erróneos.
Estos son algunos de los pensamientos equivocados que podrán aparecer durante los cuidados con respecto a cuidar de nosotros mismos:
Es egoísta cuidar de mí mismo y atender mis necesidades.
No me hace falta pedir ayuda para cuidar. Yo puedo con todo.
Yo soy el único responsable del bienestar de mi familiar con dependencia.
Si yo no hago las tareas que hay que hacer, nadie las hará.
Nadie cuida tan bien de mi familiar como yo mismo.
Estos pensamientos son erróneos e inadecuados por los siguientes motivos:
No es egoísta cuidar de uno mismo. Cuidarse significa también cuidar mejor a nuestro familiar y no comprometer nuestro futuro a las consecuencias problemáticas que implican las tareas propias de los cuidadores.
El cuidador principal no tiene por qué enfrentar solo a todos los problemas que aparecerán como consecuencia de los cuidados al familiar. Nadie es un superhombre o super-mujer y toda la ayuda que podamos aprovechar sólo conllevará beneficios para todos los implicados en un contexto de cuidados.
Una carga excesiva de responsabilidades no es saludable ni asumible a largo plazo. Distribuir las responsabilidades sobre todos los aspectos que implica cuidar a un familiar es necesario y positivo.
A buen seguro el bienestar de su familiar en situación de dependencia le importan a mucha gente. Seguramente, estas personas estén felices de ayudarle en los cuidados y sentirse también protagonistas del bienestar de su familiar.
Evaluar nuestros pensamientos y creencias y confrontarlos con la realidad puede ser una buena herramienta para comprobar si estamos en la mejor situación para abordar el cuidar de nuestro familiar y de nosotros mismos.
Te dejamos un audio del Dr. Jorge Bucay, que vale mucho la pena para comprender nuestro tema.
Lucía Yolanda Burgos Uriarte
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